La tierra seca hacía
remolinos intermitentes en el camino que llevaba a la casona, arremetiendo
entre los alambrados de hilos flojos, agitando los pompones de los cardos y
cicutas.
Dejé mi bolso sobre el
piso de la galería desprolija por el otoño y mis pasos quedaron marcados sobre
él. Frente a la puerta de doble celosías agrietadas encontré una nota amarilla:
-“Vuelvo enseguida”.
Adiviné una sombra en el patio detrás de la sala y escuché al molino
quejarse al detener su canción de viento y agua.
-“¡Alejo! ¡Braulia!-
El crujido de la
falleba ahogó mi llamado al ingresar en la habitación desierta. Unas hojas se
colaron por el umbral bailando en el luminoso aire que dispersó el olor de los
viejos muebles.
Oí los pequeños pasos y
las risas detrás de los sillones. Me dirigí hacia allí arropada en el sol de la
tarde y las risas se trasladaron detrás del bargueño.
-“Alejo, Braulia, ya
llegué”.-
Nuevos pasos y risas.
Distinguí el blanco reflejo de almidonados percales desaparecer tras el pesado
cortinado. Sonreí: recordaba el juego.
El cordón se deslizó entre mis manos y la oscura pana cedió el paso a la luz
donde bailaban incontables hadas doradas. Sobre la mesa un ramo de rosas y
lilas perfumaba el ambiente.
-Se acabó el juego-
dije triunfalmente.
Todo estaba iluminado y
vacío. Sin embargo, el rincón de la estantería permanecía a oscuras. Allí se
refugiaron los cuchicheos. Avancé unos pasos y entonces volví a oír al molino
reiniciar su canción de viento y agua.
Se acabaron los pasos,
las risas y los cuchicheos. Las rosas y lilas estaban secas en el florero sin
agua. Sobre la mesa, las doradas hadas habían acabado su baile en una capa de
polvo.
-“¿Braulia? ¿Alejo?”-
Mi voz era un susurro y
mis ojos encandilados oteaban esperanzados el rincón. Me respondió el silencio.
En el patio, la rueda
del molino aumento sus giros enloquecida en extraer agua del pozo. Su sonido metálico
invadió la estancia desierta y martilló mis aletargados recuerdos. Un
estremecimiento recorrió mi espalda.
Me acerqué a la repisa.
Desde los retratos, Braulia y Alejo, con sus trajecitos blancos almidonados, me
sonreían. Los abracé mientras las
lágrimas empañaban mis ojos.
Afuera el molino
continuaba con la pérfida canción de viento y agua que, años atrás, había
acallado las risas de mis pequeños antes de que yo llegue.
CURRICULUM LITERARIO
Apellido y nombre: Biccio María Elena
Residencia en: El Calafate, provincia de Santa Cruz,
Argentina.
Integrante
del Taller Literario “Manantial”.
Premios:
- Quinta Mención en el Concurso
de Cuentos Asociación “Ciencia para
todos”.( 2007)
-Primer Premio Concurso
Literario Inverno 2009, Municipalidad de El Calafate .
-Finalista Selección de Textos
Editorial Dunken año 2009, (premio:
publicación de un libro 64 páginas)
- Finalista Concurso
Literario Internacional Latin Heritage
Fundation , 2011).
-Mención de honor Certamen Junín
–país 2012.-
-Mención en Concurso literario
del Primer Congreso Ecológico de Pehuajó.
-Premio S.A.T.O del Rotary Club Calafate
Austral
Bibliografía:
-Cuentos en las antologías Mundo
Literario 2006, Poesía y Narrativa Actual 2006 y Nueva Literatura de Habla
Hispana2006”, Editorial Nuevo Ser.
- “Salven a la pulga”, cuento
publicado en la antología “Cuentos con ciencia” por la Asociación Ciencia para
todos, año 2007.
-El tiempo en un bolso, cuentos,
Editorial Dunken, año 2010.
- “Por sus frutos los
conocerán”, cuento publicado en la antología “Los ojos de la virgen”, por Latin Heritage Foundation , (USA.2011).
-“El molino”, cuento publicado
en la antología Selección de las Provincias, Editorial Dunken, 2012.
-“Verde, que te quiero verde” y
“Miércoles de ceniza” publicados en la antología Junínpaís 2012, Editorial de
Las Tres Lagunas.(2013)
- “Calceolarias y mosquetas”,
novela, Editorial Dunken, 2013.